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Desarrollo psicosocial en la adultez media

 

La adultez media en términos psicosociales se consideró un período relativamente estable. Freud creía que para esta edad la personalidad ya se había moldeado de manera  permanente. De acuerdo con Maslow, la plena realización del potencial humano solo puede llevarse a cabo en la madurez. Rogers sostenía que el funcionamiento humano pleno requiere un proceso constante y permanente de armonización del yo con la experiencia. Dos tareas necesarias pero complejas de la mitad de la vida son la renuncia a la imagen juvenil y el reconocimiento de la mortalidad. De acuerdo con Jung, la necesidad de reconocer la mortalidad requiere una búsqueda del significado dentro del yo. La gente que evita esta transición y no reorienta su vida de manera apropiada pierde la oportunidad de crecer psicológicamente.

La crisis de la mitad de la vida: Levinson,  postula que en la  mitad de la vida se sufriría una "crisis de la media edad"; Jung destaca la expresión de los aspectos masculinos en la mujer y femeninos en el hombre, en tanto Erikson,  afirma que en la mitad de la vida se produciría la lucha entre la generatividad y el estancamiento. Los padres con una elevada generatividad suelen tener estilos autoritativos de crianza y participan de manera intensa en la educación de sus hijos, los investigadores han encontrado que la gente de edad media obtiene puntuaciones mas latas en generatividad que los más jóvenes y los más viejos. Por lo general las mujeres muestran niveles más altos de generatividad que los hombres pero esta diferencia se desvanece en la adultez tardía. Entre las características que se postulan como características de la crisis de la edad media encontramos la necesidad de reelaborar la imagen del yo pues algunas personas pueden presentar crisis o confusión, pero otras se sienten en la cúspide de sus capacidades. Se establece a la personalidad como una entidad bastante estable, excepto cuando las personas se tienen que enfrentar a cambios radicales en sus vidas. En general, se puede afirmar que la "crisis de la edad media" no es un acontecimiento inevitable, ya que la existencia de buenos recursos para enfrentar las exigencias del medio y las de crecimiento personal permitiría una buena adaptación a la edad madura. La revisión en la mitad de la vida puede ser un momento de inventario que arroja nuevos conocimientos sobre el yo y estimula correcciones a mitad del recorrido sobre el diseño y trayectoria de la vida. Aunado al reconocimiento de la finitud de la vida, una revisión de este tipo puede acarrear tristeza por el fracaso en la consecución de un sueño o una conciencia más meticulosa de los plazos del desarrollo, la restricciones temporales, digamos la capacidad para tener un hijo o para hacer las paces con amigos y familiares distanciados. Las personas resilientes que poseen un sentido de dominio y control son más proclives a navegar con éxito por la mitad de la vida; las personas con personalidad resiliente incluso en los eventos negativos como un divorcio no deseado puede convertirse en trampolín para el crecimiento positivo.  Para la mayoría de los adultos de edad media, las relaciones son la llave  más importante del bienestar y pueden ser una fuente importante de salud y satisfacción.

Las personas casadas en esta etapa parecen ser más sanas a nivel físico y mental y por lo general viven mas que las solteras, separadas o divorciadas, quienes nunca se casaron pueden estar en mayor riesgo sobre todo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas. La relación entre salud y matrimonio parece ser mediada por la función inmunológica. Estar en un buen matrimonio puede amortiguar los estresores en la vida de la persona que tiene en su pareja un amigo y confidente, esto paree fortalecer el sistema inmunológico y en esos casos el matrimonio se relaciona con buena salud. Sin embargo estar en un mal  matrimonio y experimentar niveles elevados de estrés y conflicto es un estresor que puede debilitar en funcionamiento del sistema inmunológico. Por consiguiente no sorprende que el matrimonio pueda relacionarse con la mala salud.

  Los padres de adolescentes sufren conflictos familiares esporádicos, ya que éstos buscan acercarse a sus hijos cuando ellos están en plena fase de autonomía y búsqueda de identidad. Cada vez son más los padres de edad media que tienen que lidiar con el hecho de que un hijo adulto siga viviendo en el hogar familiar o que lo deje solo para regresar. Sin embargo una cosa no ha cambiado: el bienestar de los padres suele depender de cómo les vaya a sus hijos. Al mismo tiempo, los problemas de los hijos adultos disminuyen el bienestar de sus padres. El síndrome del nido vacío se presenta generalmente en las madres cuyos hijos han abandonado el hogar demasiado pronto, porque éstas están demasiado involucradas con ellos, pero en la mayoría de los casos las mujeres lo acogen bien, y lo ven como una instancia de libertad, propicia para una nueva intimidad en su matrimonio. En un buen matrimonio la partida de los hijos crecidos puede conducir a una segunda luna de miel.  El nido vacío puede ser más difícil para las parejas cuya identidad depende de su papel como padres o para las que ahora deben enfrentar problemas matrimoniales que antes habían hecho a un lado bajo a presión de las responsabilidades parentales. Existe un reforzamiento de la pareja en la edad adulta, producto de la libertad que otorga el alejamiento de los hijos, la renovación de intereses sexuales, un aumento en la intimidad y una valoración de la relación en base a lo invertido en ella. La mayoría de los divorcios que se producen en esta etapa se deberían a la no aceptación de los cambios de

 

roles matrimoniales por parte de un integrante de la pareja o por acontecimientos sorpresivos. El volver a casarse es más común en los hombres que en las mujeres. En relación con padres mayores: El adulto medio comúnmente debe cuidar a dos generaciones: sus padres y sus hijos. Esto puede generar, en muchos de estos y especialmente en las mujeres, una situación de presión en el ciclo de vida más sin embargo la mayoría de los hijos de edad media y sus padres tiene relaciones cálidas y afectuosas pero cuando es mucho el tiempo de cuidar a los padres el cuidador mas paciente y cariñoso puede frustrarse y tornarse ansioso y resentido bajo la presión constante de satisfacer las necesidades, al parecer interminables, de una persona mayor. Es posible que las parejas de edad media con recursos emocionales y financieros limitados tengan que distribuirlos entre dos conjuntos de padres ancianos y cubrir sus propias necesidades.

Relaciones gays y lésbicas: los gays y lesbianas que están en la edad media crecieron en una época en que la homosexualidad se consideraba una enfermedad mental y quienes la practicaban eran aislados no solo de la comunidad mayor sino también entre sí. Los gays y lesbianas que internalizaron las actitudes homofóbicas sostenidas por los demás son más propensos a mostrar síntomas de depresión, supuestamente porque tales actitudes afectan el autoconcepto general. El momento en que se acepta la homosexualidad puede influir en otros aspectos del desarrollo. Algunos gays y lesbianas de edad media pueden estar asociando y estableciendo relaciones de manera abierta por primera vez. Los hombres gays que no aceptan su homosexualidad sino hasta la mitad de la vida pasan a menudo por una búsqueda prolongada de la identidad, marcada por la culpa, el secreto en matrimonio heterosexual y relaciones conflictivas con ambos sexos. Las amistades en la mitad de la vida suelen tener especial importancia para los homosexuales.

Los abuelos: A esta edad la gente comienza a convertirse en abuelo. Los abuelos influyen sobre sus nietos como cuidadores, compañeros de juego, historiadores familiares, consejeros, modelo de rol y como intermediarios entre nietos e hijos. Los abuelos pueden ser fuetes de orientación, vínculos con el pasado y símbolos de la continuidad familiar. Su dedicación a la vida de las futuras generaciones expresa generatividad y un vehemente deseo de trascender a la muerte, los hombres y mujeres que no llegan a ser abuelos pueden satisfacer sus necesidades generativas convirtiéndose en abuelos adoptivos o trabajando como voluntarios en escuelas u hospitales. Los abuelos desempeñan un papel integral en la crianza infantil y en las decisiones familiares, muchos abuelos son los principales o únicos cuidadores de sus nietos; muchos abuelos actúan como padres por necesidad de niños cuyos progenitores no pueden cuidarlos muchas veces como resultado de un embarazo en la adolescencia, el abuso de sustancias, enfermedad, divorcio o muerte. La paternidad sustituta inesperada puede ser una carga física, emocional y financiera para los adultos de edad media; en la actualidad ser abuelo es diferente a como solía ser en el pasado, la mayoría de los abuelos tienen menos nietos que sus padres o abuelos.

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